LA RUTA DEL SANTO GRIAL EN LOS PIRINEOS

El Santo Grial, la copa en la que Jesús de Nazaret bebió en la Última Cena y celebró la primera eucaristía, ha sido desde hace siglos objeto de búsqueda. La tradición afirma que se guardó como lo que era, un objeto sagrado, y fue trasladándose en función de las circunstancias que acontecían. En España, concretamente en Huesca, podemos localizar la ruta del Santo Grial de los Pirineos que finaliza en Valencia.

Este grial de Valencia es uno de los mucho que hoy existen junto al Grial de Doña Urraca que podemos encontrar en León. La autenticidad de los griales es discutida, pero todos ellos son piezas de enorme valor simbólico, no solo por su antigüedad sino también por haber sido objetos venerados desde hace siglos como los auténticos recipientes de la última cena de Cristo.

Ninguno de los presuntos griales está respaldado por pruebas irrefutables, ni creemos que lo vayan a estar nunca, pero merece la pena pararse unos momentos a conocer la historia de estas valiosas piezas. No se trata de demostrar nada que escape al rigor histórico, sino de valorar lo que se tiene en su justa medida.

Aquí vamos a referirnos especialmente al cáliz que, por su historia, más se puede acercar al legendario Grial: El Grial de Huesca – Valencia.

Caliz de la Catedral de Valencia
Inscripción cúfica

EL GRIAL DE HUESCA-VALENCIA

El Grial del Pirineo de Huesca, depositado finalmente en Valencia, es el que fue guardado según la tradición por San Pedro tras la Última Cena. Este apóstol y primer Papa lo llevó a Roma donde fue ocultado tras su martirio y custodiado por sus sucesores. Pero en las persecuciones del siglo III, ante el riesgo de que se perdiera o fuera profanado, el Papa Sixto II se lo entregó a un diácono de su confianza, San Lorenzo. Ante la inminencia de su detención, encarcelamiento y martirio, Lorenzo se lo entregó en el año 258 a un soldado cristiano llamado Precelius, natural de la Carpetania (Toledo), con el encargo de trasladarlo a su tierra natal, Huesca, y ponerlo bajo la custodia de los padres de Lorenzo, llamados Orencio y Paciencia.  La casa familiar, según la tradición, se encontraba en las afueras de la ciudad, en el lugar que hoy ocupa la ermita de Nuestra Señora de Loreto. Este fue el primer destino del cáliz de Cristo.

Sin embargo, no permaneció allí por siempre. En el año 553 fue trasladado al monasterio de San Pedro el Viejo, de Huesca. La decisión pudo deberse a que tan solo veinte años antes, en el 533, el obispo Elpidio había conseguido que se instituyera en esta ciudad una sede episcopal y era muy necesario que, para su prestigio, contara con una reliquia de semejante valor.

Exterior del Monasterio de San Pedro el Viejo (Huesca)
Claustro del Monasterio de San Pedro el Viejo (Huesca)

Pero en el año 711 el reino Visigodo de Toledo fue invadido por tropas musulmanas provenientes del norte de África que rápidamente se hicieron con el control de casi toda la Península. El miedo a que el cáliz fuera robado llevó a que se buscara un refugio seguro y nada mejor que una recóndita cueva en las montañas. Fue llevado a Yebra de Basa, en las estribaciones pirenaicas a poco menos de 60 kilómetros de Huesca, por el obispo Acisclo y su piadosa sobrina Orosia. Actualmente hay una ermita en la localidad que lleva el nombre de Santa Orosia. En la iglesia parroquial de Yebra se guardan como reliquias el cráneo de esta santa y nada menos que un supuesto pie de San Lorenzo.

El lugar no era el más apropiado, por lo que en el año 815 fue conducido al monasterio de San Pedro de Siresa, un convento ubicado en plenos Pirineos aragoneses, en una zona segura ante los ataques musulmanes. Una vez allí, se ocultó en un hueco abierto en el ábside.

Poco más tarde, en el año 831, el obispo de Huesca se lo llevó consigo a al monasterio de San Adrián de Sásabe que en aquel momento era la sede episcopal. De este monasterio, ubicado como el anterior en el corazón de los Pirineos, hoy solo se conserva la iglesia, pero debió ser un complejo monástico importante.

Asegurada la zona de ataques musulmanes fue trasladado al sur, a una zona más accesible, concretamente a la iglesia de San Pedro del Real de Bailo (hoy San Fructuoso) en el año 1014. Este lugar, fortificado en aquel momento, era una de las sedes de la Corona de Aragón, lo que nos indica que el rey Sancho Garcés III no debió ser ajeno a esta decisión.  Y fue otro monarca, Ramiro I, quien en 1063 lo trasladó a su corte en Jaca. En el capitel de una columna de la lonja pequeña de la Catedral puede verse todavía la inscripción Sistus que relata la historia de San Lorenzo y la entrega del cáliz que le hizo el papa Sixto II.

Pero estuvo poco tiempo en Jaca, porque en 1071 el obispo Sancho lo llevó al monasterio de San Juan de la Peña. En este impresionante lugar permaneció durante más de trescientos años. Un lugar tan sagrado como seguro que incluso sirvió como panteón de los reyes de Aragón. En 1134 se documenta la existencia de un arca en San Juan de la Peña en la que se guarda el Cáliz de Cristo.  Aunque hay dudas, en algún momento hasta el siglo XIV el cáliz también pudo guardarse en el cercano Monasterio de Santa Cruz de Serós o Sorós.

Sin embargo, en 1399 la pujanza del reino aragonés con capital en Zaragoza llevó a rey Martín I «el Humano» a reclamarlo para su corte. La principal reliquia de Aragón debía estar en la capital del reino. Este mismo rey se lo llevó consigo en 1410 cuando decidió trasladarse a Barcelona, y su sucesor, Alfonso V «el Magnánimo» lo depositó en 1424 en la catedral de Valencia, donde actualmente se encuentra.

Título atribuido al documento, «Acta de la entrega del cáliz de la Última Cena existente en el monasterio de San Juan de la Peña al Rey Martín I de Aragón, para que éste lo deposite en su capilla real, a cambio de la donación de un cáliz de oro»

https://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/12883245?nm

LAS PISTAS DEL GRIAL EN LA PINTURA Y ESCULTURA ROMÁNICA


La palabra «grazal» o grial aparece por primera vez en el siglo XI en el condado de Urgel.  En el siglo XII comienzan a verse en el arte Románico de esta zona copas y cuencos ¿griales? que pueden sugerir que el Grial fue escondido en estos lugares, en el norte de Huesca y Lérida.

En muchas ocasiones se observa a los reyes magos ofreciendo a la Virgen y al Niño un vaso en forma de cuenco, como en San Pedro el Viejo de Huesca, más concretamente en el tímpano de la puerta de acceso al claustro desde el interior de la iglesia o puerta de la Epifanía. No obstante, el vaso puede representar al Grial o, simple y más probablemente, ser una de las ofrendas de los Reyes Magos (oro, incienso o mirra).

Sin embargo, en el claustro de esta iglesia y en el capitel de una de las columnas hay una escena de la Última Cena en la que no aparece el cáliz, pero, en el reverso del capitel, lo encontramos en manos de un ángel que se lo entrega a Cristo.

Otras muestras del Grial se encuentran en las pinturas de varias iglesias, de las cuales en algunas se observa en manos de un rey mago o de un apóstol, pero en ocho de ellas aparece sugerentemente sostenido por la Virgen María.  

Veamos algunas muestras:

Tímpano del Monasterio de San Pedro el Viejo (Huesca)
Detalle de la entrega de la copa. Tímpano del Monasterio de San Pedro el Viejo (Huesca)

Santa María de Tahull. Museo Nacional de Arte de Cataluña. (Lérida, 1120).

San Clemente de Tahull. (Lérida, 1120). Museo Nacional de Arte de Cataluña.

San Pedro de Burgall (Lérida, 1080-1090).

Santa Eulalia de Estaón (Lérida, 1150+-)   Santa María de Ginestarre (Lérida,siglo XII)

En algunas de las imágenes anteriores los cuencos (¿el Grial?) lucen unas rayas finas paralelas cercanas al borde superior. Además, en algunas de estas pinturas los cuencos parecen irradiar unos rayos de luz, tal y como describe al Grial Chretien de Troyes (1130-1183) autor de Perceval ou le Conte du Graal (posterior a las iglesias de Tahull). Por otra parte, las imágenes de la Virgen sosteniendo el Grial son muy parecidas y en estos casos no lo sostienen sobre la mano directamente, sino a través de un paño, lo que le da un carácter sagrado. Las imágenes se enmarcan habitualmente no en la “Última Cena”, sino en representaciones del Apocalipsis.

Estas representaciones de «griales» no se encuentran en otros lugares de la Península.

EL RASTRO DEL GRIAL EN LA CATEDRAL DE SAN PEDRO DE JACA

En la catedral de San Pedro de Jaca, en la fachada meridional y junto a la puerta del atrio, se encuentran un capitel en el que parece contarse una historia que pudiera relacionarse con el Grial. Las cuatro caras de ese capitel muestran cuatro episodios. En el primero podemos imaginar al Papa Sixto II bendiciendo a San Lorenzo y encomendándole una misión. En la segunda cara del capitel podríamos estar viendo a San Lorenzo entregando «algo» a dos discípulos ¿el Grial? En las otras dos caras vemos sucesivamente a San Lorenzo siendo llevado maniatado ante un «rey», y en la última un esbirro azotándolo o golpeándolo con un palo o látigo.  Veamos las cuatro caras del capitel (hemos resaltado en las cuatro la imagen de San Lorenzo):

En la puerta principal de esta catedral de Jaca se encuentra un magnífico crismón con ocho radios, un número poco común, conocidos como «crismón jaqués», con ocho margaritas en su interior. La margarita es la «perla», símbolo de la sabiduría mística, de la gnosis, del conocimiento místico que el Grial confiere a quien bebe en él.   En este crismón se aprecian dos leones que representan a Cristo. El de la izquierda, con la boca cerrada, protege a un penitente arrodillado que sostiene y domina a una serpiente (el pecado) en una de sus manos. El de la derecha, enseñando los dientes, aplasta al pecado, representado por el oso y el basilisco. Puede ser una alusión al beneficio de peregrinar a esta iglesia en la que se encuentra nada menos que el cáliz de Cristo y ponerse bajo su protección tras encontrar, gracias a él, el camino del conocimiento.

 

Las inscripciones, interpretadas, pueden decir:

  • «Vivere si qveris qvi mortis lege teneris, hvc svplicando veni renvens fomenta veneni, cor viciis mvnda, pereas ne morte secvunda»: 
    Si quieres vivir, tú que estás sometido a la ley de la muerte, ven aquí suplicante, renunciando a los alimentos envenenados. Purifica tus vicios de corazón para que no perezcas de una segunda muerte.
  • «Parcere sternenti leo scit xtvs qve petenti»: 
    El león sabe perdonar al caído, y Cristo a quien le implora.
  • «Hac in scvlptvra. Lector sic noscere cvra: p. Pater. A genitvs. Dvplex est sps almvs: hi tres ivre qvuidem dominvs svnt vnvs et idem»:
    En esta escultura, lector, debes interpretar lo siguiente: Pe (significa) el Padre; A el Engendrado. (la letra -X= CS-) doble es el Espíritu Vivificante. Estos tres son en verdad por derecho propio un único y mismo Señor.
  • «Imperivm mortis concvlcans leo fortis»:
    El poderoso león aplasta al imperio de la muerte.

EL GRIAL EN SANTA CRUZ DE SERÓS:

Existen también algunas versiones de que el grial pudo estar cerca de San Juan de la Peña, en pequeño pueblo llamado Santa Cruz de Serós (Serós=Sorores=doncellas).

En la Iglesia de Santa Cruz de la Serós también se puede apreciar un magnífico crismón, anterior al de Jaca (1090), pero muy parecido a este. Se observan también dos leones y una margarita, símbolos a los que antes hemos aludido.

Tiene dos inscripciones y en la primera se hace alusión a la necesidad de beber de la fuente de la vida ¿el Grial?:

  • «yo soy la puerta de entrada: pasad por mi fieles. Yo soy la fuente de la vida: tenéis más sed de mí que de vino, vosotros que penetráis en este bienaventurado templo de la virgen»

Y la otra:

  • “Corrígete primero para que puedas invocar a cristo”.

En la Iglesia de este pueblo se encontró el túmulo de Sancha Ramírez, hermana del rey Sancho Ramírez, fallecida en 1097. El túmulo fue trasladado a la Iglesia de San Ginés de Jaca para, más adelante, ser reubicado en el pequeño museo ubicado en el convento de las Benedictinas, en la calle Mayor nº 52, también de Jaca, donde se encuentra actualmente.  En dicho túmulo se observan esculpidas tres mujeres y la que se encuentra en el centro, supuestamente Sancha Ramírez, sostiene en las manos un objeto ¿el Grial?

En Santa Cruz de la Serós, encima de la nave central, se encuentra una cámara secreta a la que sólo se accede por una escala de caracol (antes probablemente una escala más sencilla que debía colgar de un agujero en el techo). ¿Pudo ser este lugar donde se guardó el grial y donde éste proporcionaba una energía o conocimiento que ponía en contacto con Dios?

Iglesia de Santa María (Santa Cruz de la Serós)
Exterior
Iglesia de Santa María (Santa Cruz de la Serós)
Interior
Copia del cáliz de Doña Urraca
Real Colegiata Basílica de San Isidoro (León)

OTROS GRIALES

Grial de León o de Doña Urraca

El segundo grial que se encuentra en España es el conocido como Grial de Doña Urraca. La historia de esta copa se inicia cuando el sultán de la taifa de Denia envió alimentos al sultán fatimí de Egipto para superar una hambruna. En agradecimiento, el de Denia recibió la copa que, supuestamente, se había encontrado en Jerusalén y que durante siglos habían adorado los peregrinos como la de la última cena. Una vez en su poder, el sultán de Denia la regaló en 1055 al rey Fernando I de León como muestra de buena voluntad y amistad. Fernando I la depositó en la Colegiata de San Isidoro y quedó bajo la tutela de la infanta Doña Urraca, posteriormente señora de Zamora. Se trata de dos cuencos de ónice, el inferior sirve de peana, cubiertos de oro y piedras preciosas.

Grial de Jerusalén.

En el Santo Sepulcro. Supuestamente de Ónice. Referenciado en crónicas de años 570, 625, 683 y 702 por testimonios de peregrinos. No siempre coinciden en su descripción. Puede ser el que posteriormente apareció en León.

Sacro Catino o Santo Grial de Génova.

Es un recipiente hexagonal de color verde esmeralda. Los últimos estudios lo datan en el siglo XI o XII.

La Copa de Hawstone Park

Las leyendas artúricas sitúan el Grial en las islas británicas, trasladado a tan lejanos lugares desde Jerusalén por José de Arimatea. Este grial habría servido para recoger la sangre de Cristo tras su muerte. El sagrado vaso no solo fue buscado legendariamente por los caballeros medievales, sino que también se implicó en su búsqueda el británico Graham Phillips que en 1995 aseguró haberlo encontrado en un desván en la localidad de Rugby. Según el descubridor, fue ocultado por el estudioso Thomas Wright a finales del siglo XVIII en la base de la estatua de un águila, pero fue descubierto en los primeros años del siglo XX tras descifrar unos enigmáticos símbolos y ocultado en el desván en el que se encontró. Es una pequeña copa de ónice de época romana.

El Vaso de Nanteos

También se encuentra en las Islas Británicas y está relacionado con las leyendas artúricas. Este supuesto Grial fue trasladado de Roma a Glastonbury y de allí a Nanteos, en Gales en los primeros años del siglo XVI.  Pudo haber inspirado «Parsifal» al ser muy popular por sus propiedades supuestamente curativas. Es de madera, por lo que queda descartado, ya que los judíos no utilizaban para beber vino vasos realizados con ese material.

El cáliz de Ardagh

Fue encontrado en Irlanda en 1868 en un campo de patatas. Está datado en el siglo VII y se considera una obra maestra de la orfebrería irlandesa.

El cáliz de Antioquía

Es una copa de plata que se encuentra en el Metropolitan de Nueva York. Fue encontrada por campesinos sirios. Se ha datado entre los siglos IV y V.

Otra versión de la existencia del Grial está relacionada con los Cátaros, quienes decían poseerlo y, para ponerlo a salvo, lo entregaron a un joven que descolgándose por los muros de Montsegur, su último bastión, lo depósito en algún lugar desconocido, perdiéndose su pista. No obstante, resulta contradictorio encontrar un símbolo eucarístico, como es el Santo Grial, entre los cátaros que negaban el sacramento de la Eucaristía.

No existen más griales «físicos». El resto son Historias de las que la más famosa es la de Sir Percival y su búsqueda del Grial, entroncada con las leyendas Artúricas y creadas por Chrétien de Troyes y Wolfram Von Eschenbach en los siglos XII – XIII.

Para finalizar, también cabe decir, que otra versión de la existencia del Grial está relacionada con los Cátaros, quienes decían poseerlo y, para ponerlo a salvo, lo entregaron a un joven que descolgándose por los muros de Montsegur, su último bastión, lo depósito en algún lugar desconocido, perdiéndose su pista. No obstante, resulta contradictorio encontrar un símbolo eucarístico, como es el Santo Grial, entre los cátaros que negaban el sacramento de la Eucaristía.

No existen más griales «físicos». El resto son Historias de las que la más famosa es la de Sir Percival y su búsqueda del Grial, entroncada con las leyendas Artúricas y creadas por Chrétien de Troyes y Wolfram Von Eschenbach en los siglos XII – XIII.

Picture of Luis Orgaz<br>María Felicitas Valero

Luis Orgaz
María Felicitas Valero

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